v JAMINA, LA
JIRAFA CURIOSA
En
la selva de Chin Pum, todo era paz y alegría hasta que llegó Jamina. Jamina era
una jirafa altísima, con
el cuello largo y flexible como un bambú, que apareció un día
cualquiera para acabar por enfadar a todos, pues era el animal más curioso e
indiscreto que nadie había conocido, y gracias a su altura no había guarida o
nido de animales que escapase a sus miradas.
Todo lo miraba y todo lo contaba, irritando a cuantos allí vivían, hasta que consiguió poner a todos de acuerdo para darle una lección.
Todo lo miraba y todo lo contaba, irritando a cuantos allí vivían, hasta que consiguió poner a todos de acuerdo para darle una lección.
Por
aquella época el gran Manuato, el mono más importante, decidió trasladarse a
unas antiguas ruinas, y
arregló todo aquello para que fuese la casa más acogedora. Jamina no pudo contener su
curiosidad, y disimuladamente una noche se acercó a la ventana. Por ella pudo
ver al mono el tiempo justo para ver cómo salía de la habitación, así que le siguió hasta otra pequeña
estancia, pero tampoco llegaba a ver bien, y tuvo que seguirle
con la cabeza por uno de los pasillos, y luego otra habitación, y luego
otra.... Hasta que Jamina no pudo seguirle más ¡Manuato había dado tantas
vueltas, que la jirafa tenía ahora un enorme enredo en su largo cuello!
Entonces todo el resto
de animales, conocedores del engaño,
aparecieron para hacer ver a la arrepentida jirafa lo irritante de su
comportamiento. Y
ante la vergüenza que ella misma sintió, decidió que a partir de entonces
dedicaría su largo cuello a cosas más útiles que tratar de avergonzar a los
demás
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